Central a los marcos de la OCDE, la ONU y la OIT es la clara responsabilidad empresarial de proporcionar o cooperar en la reparación de los impactos adversos que causen o a los que contribuyan. Esto no es una opción, sino una expectativa fundamental de la conducta empresarial responsable. El grado de respuesta de la empresa en la reparación estará relacionada con la forma en la que se vincula con el daño ocasionado:
La reparación efectiva es el pilar que sostiene la credibilidad y el impacto real de la debida diligencia empresarial. No se trata simplemente de compensar económicamente, sino de un proceso integral que busca subsanar el daño sufrido y prevenir futuras repeticiones. Cuando una empresa causa o contribuye a un impacto adverso en los derechos humanos, su responsabilidad es asegurar que los afectados tengan acceso a vías de reparación que sean justas y significativas.
La reparación puede adoptar diversas formas, a menudo combinadas, para abordar la complejidad de los daños. La elección del remedio debe ser contextual y responder a las necesidades específicas de las víctimas, buscando restaurar la situación anterior al daño o mitigar sus efectos, lo que no se reduce solo a la compensación monetaria:
Las disculpas deben ser sinceras y claras, reconociendo el sufrimiento de las víctimas. Este gesto puede ser crucial para restaurar la dignidad de los afectados y reconstruir la confianza, siendo a menudo un primer paso necesario antes de otras formas de reparación.
Por ejemplo, esto podría significar la devolución de tierras o propiedades de las que fueron desalojados injustamente, o la reincorporación laboral si un despido fue resultado de una violación de derechos. La restitución busca deshacer el daño en la medida de lo posible.
Busca restaurar las capacidades físicas, psicológicas, sociales o legales de las víctimas. Esto puede incluir el acceso a tratamiento médico y psicológico para aquellos que sufrieron lesiones o traumas, servicios de apoyo social, o asistencia legal para restablecer derechos que fueron vulnerados. La rehabilitación es fundamental para que los afectados puedan reconstruir sus vidas.
La compensación monetaria es la forma más conocida de reparación, destinada a cubrir pérdidas económicas directas e indirectas, como salarios perdidos, gastos médicos o daños a la propiedad. Sin embargo, la compensación también puede ser no financiera, como la provisión de vivienda alternativa, educación o acceso a servicios esenciales, cuando esto sea más adecuado para abordar las necesidades de las víctimas. La compensación debe ser proporcional al daño sufrido y justa.
Son fundamentales para el aprendizaje continuo de la empresa y la mejora de sus prácticas. Pueden incluir cambios en las políticas internas, ajustes en los procesos operativos, fortalecimiento de los controles internos, capacitación del personal, o incluso la implementación de nuevos sistemas de gestión. Las garantías de no repetición no solo benefician a las víctimas actuales, sino que protegen a futuras partes interesadas.
Al abrazar plenamente la etapa de reparación, las empresas no solo cumplen con sus obligaciones internacionales, sino que también fortalecen su resiliencia, construyen relaciones sólidas con sus partes interesadas relevantes y contribuyen a un entorno empresarial más justo y sostenible. Es un paso crítico hacia una verdadera conducta empresarial responsable.