La aspiración de una reparación efectiva es fundamental para una conducta empresarial responsable, pero su implementación puede conllevar desafíos. Empresas, comunidades y gobiernos enfrentan múltiples desafíos al intentar subsanar los impactos adversos. Sin embargo, en cada obstáculo yace una oportunidad para la mejora, la innovación y una colaboración más estrecha entre todas las partes interesadas.
Implementar mecanismos de reparación que sean verdaderamente efectivos presenta complejidades inherentes, a menudo exacerbadas por la naturaleza de los impactos y los contextos en los que ocurren:
- Identificación y cuantificación del daño: Determinar la extensión, naturaleza y valor del daño (físico, psicológico, económico, cultural) puede ser complejo, especialmente cuando los impactos son difusos, a largo plazo o afectan a comunidades enteras. La dificultad para establecer una relación causal directa entre la acción de la empresa y el daño también puede ser un impedimento importante.
- Asimetría de poder e información: Las empresas suelen tener más recursos, acceso a información y experiencia legal que las comunidades o individuos afectados. Este desbalance puede hacer más difícil para las víctimas presentar sus casos de manera efectiva o negociar en igualdad de condiciones, lo que puede reducir la confianza en el proceso.
- Falta de confianza y legitimidad: Si las comunidades no confían en la buena fe de la empresa o en la imparcialidad del mecanismo de reclamo, es poco probable que participen. Percepciones de sesgo, falta de transparencia o experiencias previas negativas, de cualquiera de las partes, pueden impedir el diálogo y erosionar la legitimidad de cualquier intento de reparación.
- Complejidad de las cadenas de valor: En cadenas globales y complejas, determinar quién es responsable de un impacto es sin duda un desafío. Las empresas pueden contribuir indirectamente a impactos a través de sus proveedores, y la disipación de la responsabilidad dificulta la implementación de mecanismos de reparación.
- Barreras de acceso: Los mecanismos pueden ser inaccesibles debido a barreras geográficas, de idioma, culturales, de alfabetización o incluso digitales. Si las víctimas no pueden entender cómo presentar una queja o acceder físicamente al mecanismo, este pierde su propósito.
- Expectativas no realistas: Tanto las empresas como los afectados pueden tener expectativas poco realistas sobre lo que la reparación puede lograr. Las empresas pueden subestimar el alcance del daño, mientras que las víctimas pueden tener expectativas de compensación que superan lo que el proceso puede razonablemente ofrecer, llevando a la frustración y al estancamiento.
- Sostenibilidad de los acuerdos: Asegurar que las soluciones de reparación sean sostenibles a largo plazo y que los cambios prometidos se mantengan en el tiempo es un reto constante. La falta de monitoreo o de mecanismos de seguimiento puede llevar a que los impactos se repitan o que las soluciones se diluyan.
Oportunidades para mejorar la práctica y la colaboración
Como se mencionó al inicio de esta sección, la existencia de desafíos presenta oportunidades para mejorar la práctica misma de la reparación, impulsando una colaboración y resultados que fortalezcan la efectividad para lograr los propósitos intrínsecos de la reparación referidos en la sección Comprendiendo la Reparación en la Debida Diligencia, a saber, mitigar el daño, restaurar relaciones y evitar la recurrencia:
- Fortalecimiento de la debida diligencia preventiva: La mejor "reparación" es la prevención. Invirtiendo en una debida diligencia robusta y proactiva, las empresas pueden identificar y mitigar riesgos antes de que se conviertan en impactos, reduciendo así la necesidad de complejos procesos de reparación posteriores.
- Diseño participativo de mecanismos de reclamo: Involucrar a las comunidades y a los potenciales afectados en el diseño y la implementación de los mecanismos de reclamo desde el inicio puede aumentar significativamente su legitimidad y accesibilidad. Esto asegura que el mecanismo responda a las necesidades y contextos locales.
- Inversión en capacitación y concientización: Capacitar al personal de la empresa sobre la importancia de la reparación y los derechos humanos, y concientizar a las comunidades sobre sus derechos y las vías de reclamo disponibles, puede cerrar la brecha de información y fomentar un uso más efectivo de los mecanismos.
- Uso de la tecnología para la accesibilidad: Explorar soluciones tecnológicas (líneas telefónicas gratuitas, plataformas digitales sencillas, aplicaciones móviles) puede facilitar el acceso a los mecanismos de reclamo, especialmente en áreas remotas o para poblaciones con barreras de movilidad.
- Colaboración multisectorial: Ningún actor puede resolver estos desafíos solo. La colaboración entre empresas, sociedad civil, sindicatos, gobiernos y expertos independientes es fundamental. Iniciativas conjuntas, el intercambio de mejores prácticas y el desarrollo de estándares sectoriales pueden fortalecer la capacidad colectiva para abordar la reparación. Los PNC son un ejemplo de esta colaboración.
- Enfoque en el aprendizaje continuo: Cada caso de reparación, sea exitoso o no, es una oportunidad de aprendizaje. Las empresas deben establecer sistemas para analizar las causas subyacentes de los impactos, adaptar sus políticas y procesos, y compartir estas lecciones internamente y con sus socios. Las garantías de no repetición no son solo una forma de reparación, sino una palanca para la mejora continua.
El diálogo como forma de resolver conflictos
En el corazón de la reparación efectiva se encuentra el diálogo. La resolución de conflictos, especialmente en el ámbito de los derechos humanos, raramente se logra a través de la imposición o el litigio exclusivo. El diálogo constructivo y mediado, como el que facilita el PNC, permite a las partes:
- Entender perspectivas: Escuchar las narrativas de los afectados y de la empresa, lo que permite comprender las diferentes percepciones del daño y la responsabilidad.
- Construir confianza: A través de un proceso justo y transparente, el diálogo puede comenzar a reparar las relaciones fracturadas y fomentar la confianza mutua.
- Cocrear soluciones: A diferencia de las soluciones impuestas, el diálogo empodera a las partes para negociar y diseñar conjuntamente los términos de la reparación, lo que lleva a resultados más sostenibles y legítimos.
- Abordar causas raíz: El diálogo profundo puede ir más allá de los síntomas para abordar las causas subyacentes del conflicto, permitiendo implementar garantías de no repetición más efectivas.
Enfrentar los desafíos de la reparación con un enfoque colaborativo y basado en el diálogo no solo cumple con las expectativas internacionales de conducta empresarial responsable, sino que también fortalece la licencia social para operar de las empresas y contribuye a un desarrollo más equitativo y pacífico en Chile.